4 de mayo de 2013

Semana 2: Albacete - Toledo (261.2 km)

Sábado, 27 de abril
DÍA 8: De Albacete a La Roda (42 km)
Leyendo la crónica que nos envía Álvaro podemos intuir la dureza de este Camino, pero la meteorología adversa, la desorientación y las secuelas físicas que van apareciendo, no acobardan en absoluto a nuestros peregrinos; pequeños y grandes obstáculos en el camino que suponen nuevos estímulos a superar para, paso a paso, alcanzar su destino...

"Inicio mi relato del día sentado en un lugar insólito... la barrera de sol de la Plaza de Toros de La Roda. Hoy dormimos en su enfermería, y ahí tengo a Elidio con sus ampollas, de cinco trayectorias, que vamos a tener que operar... Y, para ser sincero, algo extraño noto en mi uña del dedo gordo del pie izquierdo, pero aun no sé qué es... Bueno, vamos a comenzar por el principio:

En Albacete, y tras un buen desayuno, nos despedimos con tristeza del gran Adrián, que regresa a Benidorm. Un fuerte abrazo peregrino!!!! La salida de Albacete, perfectamente señalizada, nos saca por la plaza de toros y el recinto ferial; diez plácidos kilómetros con buen tiempo, pero todo cambió al aparecer al frente una gigante nube negra que hizo que me pusiera todo el equipo de agua, y, antes de acabar de equiparme, comenzó a jarrear. Ahí perdí a Elidio que apretó el paso. Tras cinco kilómetros caminando bajo el aguacero y sobre barro deslizante, algo debí hacer mal porque me encontré cerca del bar de carretera Los Gabrieles, pero con un sembrao por medio. Sin dudarlo, me lancé para cruzarlo y el barro me llegó a los tobillos... Ya calentito, con mi cerveza y mi bocata, llamé a mi tocayo de la Asociación de Albacete y me explicó cómo retomar el camino correcto, y hasta se ofreció a rescatarme, cosa que le agradecí, aunque aún no me veía para un rescate... Caminé hasta La Gineta, donde me aguardaba Elidio con los pies encharcados. Le comento de quedarnos allí a dormir, pero me dice que quiere seguir a la Roda. Justo en la salida estaban celebrando una boda, y al pasar vemos a alguien corriendo detrás nuestra, resulta que era el del Hostal de Albacete, que, al reconocernos, nos dijo si queríamos algo. Sorprendidos por su generosidad no supimos qué decir y se fue a por unas cuantas botellitas de agua que nos sacó a escondidas... Nos tienen en palmitas a los peregrinos por estas tierras. Ya bien hidratados, nos lanzamos a un andador interminable de veinte kilómetros hasta La Roda, con nubes amenazantes a derecha e izquierda, que en esta ocasión se apiadaron de estos peregrinos. Sólo cabe destacar la cantidad de coches que nos saludaban desde la autovía.
Finalmente, tras 42.3 km, llegamos a nuestro destino, donde María Señor nos acogió con el cariño acostumbrado. Ahora, tras unos callos, un churrasco y ver ganar a nuestro Madrid, nos retiraremos a la enfermería a lamernos las heridas...

Por cierto, para mañana no sólo dan mucha agua, sino que además ¡nieve! ".

Tras 7 días de Camino, 225 kilómetros y muchos momentos inolvidables en la mochila,
Adrián regresa a Benidorm

Una nube negra amenaza a la salida de Albacete

Mirando atrás

¿Cuántas veces hemos hecho un alto en el camino en la estación de La Gineta?

Esta vez no iba a ser menos...

 Álvaro lleva el Coneixement! hasta la Plaza de Toros de La Roda ¡Va por usted, maestro!
Podéis seguir la campaña en facebook.com/coneixemetbenidorm

Benidorm - La Roda
Alvaro y Elidio llevan recorridos la friolera de 267 km en 8 días


Domingo, 28 de abril
DÍA 9: De La Roda a El Provencio (48 km)
Un cambio de planes sobre la marcha hace que nuestros amigos que "casquen" 48 kilómetros de una sentada (perdón, de una andada). Parece que no tienen límites... Mucha dureza que siempre se ve bien compensada por la gran hospitalidad que van encontrando a cada paso que dan.
"Hoy comenzaré por el final... Conseguimos llegar a duras penas al polideportivo de El Provencio, empapados y helados de frío tras una etapa demasiado larga (casi 49 km) pero el calor humano que recibimos fue tan grande que compensa con creces el sufrimiento. Nos recibió el hijo de Manolo, el hospitalero, un chavalote sano y atento que nos acomodó en las instalaciones divinamente. Nos tumbamos derrotados en las colchonetas y al rato apareció Manolo, y os juro que el trato fue tan genial que nos repusimos al momento. Nos aclaró todas las dudas, nos trajo información detallada de las etapas venideras, nos obsequió con vino de la tierra, Canforrales,  y, sobre todo, sentimos lo que significa la palabra hospitalidad en mayúsculas. Nos acompañó al restaurante y seguimos charlando del Camino, los peregrinos y el ser hospitalero... Un diez a Manolo.
Ahora sí. El día comenzó lluvioso y, tras despedirnos de la plaza de toros, nos metimos unos cuantos Miguelitos entre pecho y espalda. Paró de llover y el camino hasta Minaya fue un precioso paseo por la ruta de El Quijote, con bastante frío, eso sí. Llegamos a nuestro nuevo destino con las campanas de la Misa de doce. Las mujeres iban a misa y en el bar sólo había hombres; la España profunda... La única mujer era una camarera que estaba fumando en la barra (aquí lo de la Ley Antitabaco como que les da un poco igual...grrr... Coneixement! ;-) Elidio me dice que podríamos continuar nuestro camino, que no llueve y que "veintipico" kilómetros tampoco es tanto... Y allá que nos lanzamos hacia El Provencio. El Camino se va alejando de la carretera y al llegar a Casas de Roldán comenzamos a ver menos flechas y muchas bifurcaciones de caminos agrícolas; comenzó a llover y dejamos de ver flechas, así que decidimos volver a la carretera por un camino que parecía seguro. Ya en la carretera, y con la lluvia arreciando, tomamos un andador paralelo cuando aún nos faltaban trece kilómetros. A falta de siete el andadero terminó y tuvimos que ir por el arcén. La lluvia arreciaba y parecía que los camioneros se habían puesto de acuerdo para pasar todos a la vez. El frío se metía en los huesos. Por fin llegamos al pueblo y nadie sabía dónde estaba el polideportivo, que casualmente estaba en la otra punta y os aseguro que el pueblo es grande, o eso me pareció. Finalmente llegamos y el cariño con que nos recibieron compensó todo lo sufrido¡Esto es el CAMINO!."
Minaya iba a ser el fin de la etapa del día, pero decidieron seguir 25 km más...
¡Este Camino engancha!

Mereció la pena... Manolo, hospitalero de El Provencio, les acogió con mucho cariño


Lunes, 29 de abril
DÍA 10: De El Provencio a Las Mesas (19.7 km)
Una etapa más moderada en el kilometraje les permite disfrutar de todas las bellas estampas que se asoman al Camino. El tiempo acompaña...

"Cada día, al abrir los ojos, los peregrinos siempre agudizamos el oído para percibir si llueve en el exterior. Hoy, como ya viene siendo habitual, el diluvio nos esperaba ahí fuera. Me acurruque en el saco y me puse a escribir la crónica de ayer. Nos pertrechamos para un jornada de agua, pero, al salir, el cielo se estaba abriendo y el azul predominaba sobre el gris. La etapa de hoy transcurría por una pista de tierra rodeada de vid, cereal y bosque, que hemos podido degustar a pequeños sorbos, sabiendo que sólo haríamos diecinueve kilómetros, pues la otra alternativa eran cuarenta y seis;  hoy tocaba dosificar. Por cierto, para este Camino me he comprado un pantalón nuevo que me apretaba bastante. Ya se me cae. Ahí lo dejo...
Llegamos a Las Mesas y en el Ayuntamiento sellamos la credencial y nos mandaron al polideportivo que, obviamente, estaba al final del pueblo. Nos atendió un chico muy  servicial del que no recuerdo el nombre (Javier, apuntamos nosotros). En cuanto pisamos la ducha comenzó a diluviar. 
Llevamos 336,7 km en los primeros diez días ".

Adentrándose en un bosque a la salida de El Provencio

Elidio y Alvaro llegando a Las Mesas


Martes, 30 de abril
DÍA 11: De Las Mesas a El Toboso (27.5 km) 
Álvaro emprende, por primera vez, este Camino en solitario. Elidio ha aplazado temporalmente, unos cinco días, su peregrinar. En una emotiva crónica a través de las ondas de la radio, Álvaro nos cuenta el porqué de este abandono, y lo que en principio parecía una triste noticia se acaba convirtiendo en un mensaje cargado de optimismo, fuerza y esperanza. 

¡Hasta pronto, amigo!


"Paso a contaros mi primer día solo en este Camino: 

Amaneció sin frío, ni viento, ni sol; un día perfecto. Comencé por asfalto pero pronto tomé una pista de tierra muy cómoda que me llevó hasta la laguna de Manjavacas en donde los flamencos disfrutaban de la estupenda mañana. Justo ahí me llamaron de Onda Benidorm para entrar en directo y creo que os gustará escuchar el podcast del programa. 






Después continué disfrutando del paseo hasta el Toboso, donde, al no haber hay lugar de acogida, opté por quedarme en el hostal El Quijote. Nada más llegar aproveché para poner una lavadora, que ya iba haciendo falta. Bajé a picar algo y me llevé una grata sorpresa, Luis, un agricultor jubilado y analfabeto que aprendió a cantar de oído, estaba arrancándose con un cante flamenco que os juro me puso la carne de gallina. Estuve charlando con él y sus amigos y me contó su vida entre cante y cante. Las cosas del Camino... Pero no sólo esto ocupó mi descanso. Hace tres días se me rompió una trabilla de la zapatilla derecha y la arreglé con una aguja grande e hilo de bramante que me dio la hospitalera de La Roda, pero hoy se me ha vuelto a romper, y, aquí en el Toboso, he encontrado a Paco, zapatero jubilado, que en su propia casa y en un momento me lo ha dejado listo para aguantar hasta Santiago. No me ha querido cobrar y sólo me ha pedido que le de un abrazo a Santiago de parte de Paco, el zapatero de El Toboso...".




Miércoles, 1 de mayo
DÍA 12: De El Toboso a Villacañas (36.8 km) 
El Camino sigue deparando gratas sorpresas y nuevas muestras de hospitalidad. En la jornada de hoy, Benidorm ha sido la excusa perfecta para entablar nuevos lazos de unión con los lugareños.

"Esta mañana, cuando abandonaba El Toboso, al pasar junto a la iglesia, me encontré con Paco el zapatero que iba para Misa, y nada más verme me recordó la promesa de abrazar a Santiago en su nombre. Por supuesto que lo haré. Nos despedimos cálidamente deseándome "Buen Camino...". El día amanecía luminoso y el primer tramo hasta La Puebla de Almoradiel transcurrió por camino de tierra entre viñedos. Al llegar al pueblo, entré en el bar Carlos a tomar algo (os lo recomiendo). Al verme entrar, con pinta de peregrino, se entabló rápidamente una conversación que se fue animando con el tema estrella "soy de Benidorm..." ¡El juego que da Benidorm! y encima el Camino desde Benidorm. Me preguntaban curiosos por todo tipo de cuestiones y acabamos de risas. Uno de ellos, que era del Ayuntamiento, se ofreció a abrirlo expresamente para sellarme la credencial, ya que hoy es fiesta. Después, una de las chicas (Reme) me invitó a participar en su programa de radio, en Radio Meseta, así que mañana me entrevistará en directo para hablar de mi Camino desde Benidorm y de la campaña Coneiximent!. ¡Las cosas del Camino! Nos despedimos calurosamente y al cruzar el pueblo me encontré con un peregrino alemán que venía desde Valencia por el Camino de Levante. Charlamos un rato, ya que él se quedaba allí a dormir, y le aconsejé que el año que viene saliera desde Benidorm, una preciosa ruta y muy bien señalizada (haciendo patria....gg). Nada más salir del pueblo cogí una vía verde (antigua vía del tren) que iba directa a Villacañas, pasando por La Villa de Don Fabrique. Es nueva y no tiene flechas pero me ha venido muy bien. Amenazaba lluvia pero finalmente no cayó nada.
Ya en Villacañas fui a dejar la mochila al albergue de transeúntes y me encontré con el pueblo en su fiesta grande "Los danzantes y el Santísimo Cristo de la Viga", y, claro, todo el mundo de punta en blanco. Noto como me miran extrañados pensando: de dónde se habrá escapado este con esas pintas... ".



Relato de una noche en el albergue de transeúntes de Villacañas:

"Está amaneciendo y estoy dentro de mi saco. Creo que la noche de hoy bien merece una crónica aparte...
Ayer, durante todo el día, estuve dudando si venir o no a este albergue de Villacañas, y os explico el porqué; éste es un albergue de transeúntes regentado por Cáritas, que traducido significa: albergue de personas sin hogar, indigentes... Llamé para asegurarme y me dijeron que también aceptan peregrinos. Al llegar a Villacañas y ver a toda la gente vestida de gala, pude detectar a unos pocos que resaltaban del resto por su vestimenta y su actitud. Alguno sentado en un banco con sus pertenencias cerca, otro registrando una papelera, otro pidiendo en una esquina, etc. Por primera vez, les miré y les saludé, y ellos al verme con mi mochila a la espalda me devolvieron el saludo. Julita, una de las responsables del albergue, me recibió y me permitió dejar la mochila dentro del albergue. Aún eran las 17:45 y el albergue abría a las 20:00. Llegada esa hora, llamé a la puerta y me abrió Rufino, el responsable. Al verme me dijo que fuera a la mesa, que estaban sirviendo la cena y me recordó que solo podría dormir allí dos noches. Le expliqué que era peregrino y que al día siguiente continuaría rumbo a Santiago. En la mesa estaban ya cuatro personas comiendo y aun llegaría otra más. Hablaban entre ellos de lo ocurrido hoy y de otros indigentes (en la calle se conocen todos). Al principio me miraban con recelo, pero al decirles que era peregrino, y sobre todo al preguntarles directamente como es lo de vivir en la calle, empezaron a abrirse y por primera vez entendí lo dura que es esa vida..."

Jueves, 2 de mayo
DÍA 13: De Villacañas a Villanueva de Bogas (36.9 km) 
La noche en el albergue de transeúntes, sin duda, supuso toda una experiencia vital para Álvaro. Tras despedirse de sus compañeros, prosiguió su camino, con un alto para atender a los locutores de Radio Meseta. Un Camino muy especial del que todos se quieren hacer eco.

"Al despertar en Villacañas, le pregunté a Luís si yo había roncado y me contestó que no, añadió que él había dormido muy tranquilo sabiendo que esta noche no le iban a quitar su maleta porque estaba conmigo. Me despedí de los demás deseándoles mucha suerte en la vida y ellos me desearon Buen Camino. El día por fin amanecía despejado y luminoso, y el tramo hasta Tembleque era perfecto para disfrutar. Fieles a su promesa, me llamaron de Radio Meseta y la verdad es que estuve bastante relajado en antena (podéis oír el podcast en la página). Tembleque me sorprendió por lo bonito y bien cuidado que estaba. Entré en el mesón de la Plaza Mayor y entablé conversación con Jose, un jubilado onubense muy simpático que me aconsejó muy bien cómo ir a Villanueva. Por cierto, las tapas del mesón estaban exquisitas y todo muy barato. El trayecto hasta Villanueva de Bogas fue placentero, ya al fin en manga corta y con unas nubes de un blanco y gris que parecían las del comienzo de los Simpson. Recibí el apoyo de Fernando Escudero y Juan Romero para concertar mi alojamiento y, al llegar al pueblo, Lourdes, la concejala, me recibió y me acomodó en el acogedor albergue.

Gracias a todas las personas que se ocupan de estos humildes peregrinos".


Jose, en Tembleque, le indicó cómo llegar a Villacanueva

 Con los amigos de Radio Meseta que le entrevistaron interesándose por su Camino

Camino de Villanueva de Bogas


Viernes, 3 de mayo
DÍA 14: De Villanueva de Bogas a Toledo (50.3 km) 

"¡Cuánto daño ha hecho la calculadora en la mente humana! Llevo tres días pensando que 19+29 son 38, y llegando a Almonacid he caído en la cuenta que son 48. Y como las etapas siempre llevan propina, pues eso, que igual me he pasado un poco hoy... Encima cuando llego al albergue juvenil, junto al Alcázar, resulta que era otro albergue a dos kilómetros. En fin lo de siempre... Pero, a pesar de todo, el día ha sido radiante, un clima perfecto para caminar y eso que nada más salir me he mojado los pies cruzando un arroyo de aguas fecales. Hoy por fin me he puesto protector solar, tengo moreno ciclista, y si os preguntáis que factor me pongo pues os diré que 50, ya puestos... Saliendo de Almonacid me he liado un poco porque se separan el levante y el sureste, pero pronto pude volver al Camino bueno sin problemas. Cerca de Toledo, mi zapatilla derecha se hizo notar, pero pronto le hice saber quién manda, y con hilo de pescar la dejé lista para seguir hasta Santiago y más allá. La aproximación a Toledo es preciosa, una de las vistas más espectaculares que recuerdo de mis Caminos. El albergue, desde donde estoy escribiendo esto viendo el atardecer con Toledo a mis pies, es de ensueño... El Castillo de San Servando, por si lo queréis mirar en internet. Es como sacado del Exincastillos."


Pozo y abrevadero cerca de El Burguillo

Castillo de Almonacid a mis pies

Quien avisa no es traidor...

Aproximándose a Toledo ¡Precioso!

Coneixement! también en Toledo

Un albergue de ensueño


Del 27 de abril al 3 de mayo
Semana 2: Albacete - Toledo (261.2 km)

Benidorm - Toledo (486.2 km acumulados)

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